El bagazo de caña de azúcar como todos los materiales lignocelulósicos es rico en fibra; sin embargo, debido a su compleja estructura son de difícil digestibilidad en caso de su utilización como alimento para animales rumiantes, por lo que es necesario someterlos a tratamientos que conduzcan a la disminución o eliminación de las barreras físicas y químicas, tales como la cristalinidad de la celulosa, los grupos acetilos de la hemicelulosa y los enlaces entre la hemicelulosa y la lignina. Los tratamientos aumentarían la accesibilidad de las enzimas durante la hidrólisis permitiendo la conversión de la celulosa y hemicelulosa en azúcares fermentables.
Plantación de caña azucarera |
En general, los tratamientos buscan reducir la cristalinidad de la celulosa, disociar el complejo celulosa-lignina, aumentar el área superficial y eliminar o disminuir la presencia de sustancias que interfieren o dificultan la hidrólisis.
Un tratamiento eficaz debe ser de bajo costo con bajo consumo energético, fácil recuperación y reutilización, además de ser aplicable a diversos materiales con eficiencia y reproducibilidad. Así mismo, debe evitar la degradación o pérdida de carbohidratos o formación de subproductos inhibitorios para las enzimas y microorganismos en los procesos de hidrólisis y fermentación.
En la actualidad se llevan a cabo investigaciones para desarrollar métodos económicos que permitan la producción de etanol a partir de materiales lignocelulósicos. Los menores costos se originan cuando la producción se realiza a partir de maíz o jugo de caña. Sin embargo, el bagazo de caña pudiera representar una alternativa importante, pues al favorecer la producción de azúcar con bajo costo en la cantidad de enzimas a utilizar en la hidrólisis, permitiría la obtención económica de este carbohidrato, el cual constituye un excelente sustrato de fermentación con miras a la producción de etanol.
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