La causa de esto muchas veces es que los productores fruti-horticolas cosechan sus productos cuando aún no han alcanzado el grado de madures mas apreciado por el paladar de los consumidores. Esto lo hacen para reducir al mínimo las perdidas durante el lapso de tiempo que transcurre entre la cosecha del fruto y el consumo final. Muchas veces estos tiempos son largos por las distancias o la logística de distribución y si las frutas fuesen cortadas ya maduras, llegarían a los comercios arruinadas por su natural envejecimiento.
Pero un fruto verde en góndola no genera la valoración de los clientes, los que seguramente optarán por no comprarlo. Así, las practicas comerciales incurren en la aplicación a las atmosferas donde se almacenan los frutos de una hormona natural gaseosa llamada etileno. Esta se aplica a muy bajas concentraciónes, pero lo suficientemente altas como para que luego de un tiempo los colores característicos de las frutas maduras se develen en sus pieles.
El etileno activa la degradación de la clorofola y se utiliza que el color verde desaparezca en frutos cítricos y otros como la banana o plátano y el apio.
Imagen Fuente: http://lacienciadeamara.blogspot.com.ar/p/sobre-mi.html
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